David Fernández Rivera (Vigo, 1986), poeta, dramaturgo y director teatral. A pesar de dar muestras de una gran capacidad creadora antes de la quincena, esta precocidad no se materializaría hasta el 2004, con la edición del poemario “Caminando entre brumas”. Luego seguirían otros títulos como “Canciones de mi ausencia”(2005), “Corceles” (antología de juventud, 2006), “Entre la sombra y el grito”(2008), “Alambradas”(2010) y “Sahara”(2011).

Sorprendentemente, la trayectoria de este joven autor comenzaría mucho antes en el teatro que en la poesía con el texto inédito “Rojo sobre Negro”, al que seguirían un innumerable conjunto de proyectos como “Cielos y tormentos” o “Lumen”, aún así, las circunstancias hicieron que su primer libro como dramaturgo no viese la luz hasta el 2011 con “Hipnosis” / “La Colonia”, eso sí, con una gran acogida de público y crítica.

No era algo inesperado que con dicho currículo debutase profesionalmente como actor en el 2007; no obstante, sus proyectos vislumbraban algo mucho más ambicioso en lo que a artístico se refiere. Y así llegaría la fundación en el 2009 de la “Compañía de David Fernández Rivera”, entidad que actualmente gestiona, produce y dirige. Para ella preparó la puesta en escena de “La Guadaña entre las flores” de Ángel Padilla, así como las acciones sobre el vacío escritas y dirigidas por el propio autor, como “Alambradas V.L.” (2010) y su actual espectáculo “Ecos de la noche”, en el que además interpreta el espacio principal, mostrando a su vez su faceta como músico; no en vano, dicho espectáculo ha sido comercializado este mismo año en el presente disco homónimo.

Prácticamente desconocido hasta ahora en el mundo de la música y el teatro, su obra nos acerca a una poesía y a una profundidad que podrían estar hablando de una de las más grandes promesas de la dramaturgia, composición y dirección contemporáneas. Entre versos, ya nadie discute un camino de paso firme y solidario, con abundancia en la entrega, la denuncia y un novedoso trasfondo filosófico que no pueden más que llevarle a una acción social y divulgativa en constante crecimiento y evolución.

Tanto en así, que a finales del 2011, sorprendería al público con, no solo un cambio drástico en su poesía, y es que así lo demuestra en los primeros versos de su próximo poemario, “Ágata”; sino también por mostrar en primicia una desconocida poesía visual y lo que él denomina “poesía estructural interactiva” con la que ya ha participado y participará en varias exposiciones tanto nacionales como internacionales.